Una Pizzeria

Tengo la idea de haber pecado. Es solo una idea intima como el aire que respiro. Visite una pizzería que parecía sacada de una novela barata. Una de esas que permanece abierta todo el día. Es un paraje donde pernocta la “gente rota” de una ciudad… Somos el producto de nuestros vicios…y si no tenemos vicios; hay de nosotros…! ¿a caso existimos sin ellos!... La noche se diluyó como el alcohol… menguo como el licor de los bares y al final nada fue cierto. Tengo la inmensa certeza de haber perdido el tiempo en San Juan. Mire el largo mostrador de la pizzería y no halle entre las caras de aquella gente ningún presidente o ser digno de algún título o elogio cierto… Me sentí tranquilo entre sus anónimos desaciertos… La ciudad es una extraña manera de burlarse de los vicios y aquella pizzería es un templo a lo mediocre… La pizza allí es barata y muy buena…Volveré para buscarme siempre que pueda!