“En el Bartolomé”
“La hélice del vapor arranca nubes de cieno al fondo de la Bahía. El capitán muestra impaciencia y con razón. Las opacas siluetas de dos islotes señalan el canal que conduce al mar abierto del golfo y un fuerte aguacero ya amenaza con ocultarlas. Para colmo se ha suscitado a último instante un percance con las anclas. Tres cuerpos morenos cuajados de músculos se encargan presurosos del desatraque. Al fin el piloto pone avante una maquina antiquísima, pero milagrosamente efectiva, y el vaporcillo renqueante navega directo hacia el canal.
El Bartolomé avanza fuera de la bahía como si de repente tomara vida propia. Se desliza cabeceando rítmicamente sobre largas marejadas. Hiende un mar profundo festonado de medusas y ondulantes balsas de lirios. Atrás en la isla quedan los diluvios, las entupidas formalidades de los agentes de la Hossehn Hausedhoffman y las molestas intrigas de los empleados de la maderera. Atrás también quedó la cabaña de Humberto Ebele y la encantadora Decencia. Las nubes ocultan el perfil volcánico de la isla y una llovizna moja la cubierta del vaporcillo. Los braceros se apiñan como pueden bajo la raída carpa del entrepuente.
Una tortuga escapa de la estela del buque, perdiéndose esquiva en el azul del océano. Quisiera ser como ella; huidiza al punto de encontrar en el incógnito la salvación y la tranquilidad perdida”.
Egipto
Hace 1 día
1 comentario:
Yo me siento como la tortuga. A tudo assistindo pero me marcho quando la liberdad es en riesgo...
Belo!
Besos Amilcar
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