martes, 1 de abril de 2008

Tintorera...

Has llegado con una sonrisa contagiosa. Te me has colgado del cuello y me has dicho en el abrazo que nada pudimos hacer mejor. El atolón en el que anclamos no tiene nombre y no aparece en las cartas francesas. Has vuelto con conchas y musgo marino. Riendo porque la libertad nos alcanzo en el mejor momento de nuestras vidas. Eres valiente para apretarme así entre tus pocas cosas valiosas. Siempre fui un irresponsable. Un redomado bribón, un maldito egoísta. Y aquí estoy hoy convertido en un capitán de lujo; el flamante objeto de todas tus conjeturas. Encontramos infinidad de gatos en la playa. Un palmar robusto y ruidoso, trampas para ratones, el costado de un ferro-cemento en el ojo fosforescente de la laguna. Estas mirando el mar desde la proa. Viste danzar una manta en el espejo del agua y has vuelto el rostro asoleado buscando en mí la plenitud del evento compartido. Te siento libre y maldigo el tiempo en el que ya no seamos…En la noche nos buscamos asustados. Te recuerdo al oído que ni siquiera conozco tu nombre. Te partes de la risa mientras me muerdes el cuello como una tintorera…

No hay comentarios:

Archivo del blog

No Entiendo!