Modiglianis y Balthus …

¡Odio los museos! Son tumbas de arte. No los visito; y menos si tengo que pagar. Es incomodo pararse o sentarse frente a una obra y concentrarse en su tema, historia o colorido, mientras otros se paran a un lado hablando ridículamente bajo como en un hospital. A menos que el que visita quiera que los demás le vean (¡Cuan “culto” se ve el señor o la señora absorto al paisaje, la chica frente al desnudo, la mujer de los anteojos ante los volúmenes correctísimos de la escultura!) Odio el museo porque alaba la copia y desdeña el original. Si entrara y me desnudara en la sala llena de desnudos hipócritamente me correrían y el estado me denunciaría. ¿En que entupida fanfarria hemos convertido el arte? Prefiero hojear las obras impresas en un libro mientras me masturbo o cago… ¡Prefiero todo lo real a lo ficticio! Se que no ando equivocado porque muchos pensaran que lo que digo es obsceno e inmoral. Y yo pregunto ¿Es a caso el arte moralidad? ¿Qué prefieres? ¿La melena púbica de los Modiglianis o la lasciva pose de las niñas de Balthus?