Despedida

Duermes y la escena del puerto y la bahía te acompañan. El triste quejido de los buques y la liviana luz de la mañana iluminan la habitación. Incide sobre tu piel y un sátiro rayo de sol lame tu piel desvergonzadamente joven. ¿Sabes que tu sonrisa tiene el efecto contrario al deseo? Me gusta llevarte la contraria, me hace vivir la idea segura de que te poseo. Soy como un héroe arcano. Digamos que soy bueno para ignorarte…Hoy sin embargo ando sin armas; indefenso, desnudo… En mi cabeza la imagen de tus hombros, de tus muslos, en los que pones un poco de agua de colonia…Pienso en tu nuca y en la ligera sensación de equilibrio que inspiran tus abultadas caderas…en tu sexo. Es raro pero tus palabras hoy me parecen frívolas; inofensivas como el juego del viento en tu pelo, cuando mojada, después del baño, dices cualquier cosa al aire… Algo en tu discurso busca siempre la seguridad. Por eso mientes tan a menudo… Me gusta verte así; ¡bufón suave!; ¡blanda como fruta madura!. ¡Eres más que todo lo que soy! La brisa del puerto te hace bien… Te despiertas; te vistes; fumas un cigarrillo y te despides… El aire del puerto entró haciendo sonar las lágrimas de la lámpara. Le digo que ya te fuiste…