Nochebuena

Quiero las sombras que palpitan en las paredes
El metal dormido de los parpados muertos
Quiero azules lentos, amarillos grandes
Rojos como de tragedia
Las vitrinas dormidas de mi ciudad
La brea mojada
Quiero el catre fatigado
Y eternidades breves
La formica de la barra, preñada de deseos
El adicto, la película de niños
Quiero un sueño policiaco
Acurrucado por gemidos

En la noche sin sueño
De los días alternos
Días feriados de santos apagados
Natividades extrañas
Trato de rescatar las ideas
De las ciudades perdidas.
Celebridades romanas
Ideas normandas de felicidad
Y no las encuentro.
Solo la noche me consuela
Con el susurrar de faroles
La mirada de las vitrinas
Llenas de maniquíes ciegos
Llego la noche buena
Tengo una idea mejor
En un pecado antiguo.

¿Y dentro de mil años?
¿Qué tibios dioses morderán nuestra nuca?
¿Qué miedos adornaran nuestros feroces altares?
Desde las nuevas cuevas veremos la nueva promesa
Nuevos frutos, nuevo trabajo…

La vieja bahía duerme un sueño de ciénega
Hay larvas de luz alimentándole la idea del siempre
Del regreso de los buques…
Y la noche pasa de largo,
Sin enterarse de las disputas,
De las felicitaciones mezquinas,
De los deseos fanáticos;
De paz,
De felicidad.
Quiero las sombras que delatan
La muerte venidera de los días mejores.

(J.Barrety/A.García; hace un año atrás)